Catalina de Cardona, la madre
buena o la venerable olvidada.
Fuentes:
Wikipedia.
Vida
de la madre Catalina de Cardona por fray Juan de la Miseria. Texto del siglo
XVI (Bancroft Library, UCB, Fernán Núñez Collection, vol. 143) Antonio CORTIJO
OCAÑA (University of California, Santa Barbara) y Adelaida CORTIJO OCAÑA (University
of California, Berkeley)
Dicenda.
Cuadernos de Filología Hispánica 21año 2003, 21 21-34
http://rumboalvcentenarioteresiano.blogspot.com.es/
http://www.villalgordodeljucar.com/
Libro de las Fundaciones, Santa Teresa de Jesús, capítulo 28.
Doña Catalina de Cardona
Conocida como
Beata Catalina de Cardona, no ha sido beatificada oficialmente, y es reconocida
como venerable. “Beata" era el nombre que recibían las mujeres laicas que
adoptaban un estilo de vida retirada y religiosa y, a partir de esta
denominación se ha originado la confusión.
Estas mujeres
vivían en un ambiente de reforma espiritual y estaban influidas por las ideas
de la contrarreforma; dejaban la vida mundana por la monástica o la 'eremítica,
llegando a extremos de extrema austeridad.
Su fama de
santidad y milagros se extendió por toda España. Entre sus admiradores más
sinceros se cuentan san Pedro Alcántara y santa Teresa de Jesús.
En principio su
vida fue divulgada por los primitivos carmelitas descalzos, y también por S.
Teresa, como legendaria palaciega que asombró por penitencias a toda España.
A pesar de
ello, sólo se conocía una breve reseña bio-bibliográfica sobre la beata
carmelita publicada en el Diccionario de Historia Eclesiástica de España (Quintín
Aldea Vaquero, 1972)
Sin
embargo, llama la atención que la vida de la madre Catalina de Cardona también
aparece en un manuscrito de la “Fernán Núñez Collection” (FNC) de la Biblioteca Bancroft
de la Universidad Californiana de Berkeley. En esta colección hay un relato de
su vida de gran importancia en cuanto a que fue escrito por el gran pintor de
santa Teresa de Jesús, fray Juan de la Miseria (el napolitano Jan Narduck,
nacido en Casarciprano, 1526, y fallecido en Madrid el 15-IX-1616).
El texto es de
sumo interés por el relato fresco que se nos hace de la vida de la madre (dictado
por la propia Catalina) y en él se
detecta a todas luces que fue redactado por un italiano, pues los italianismos
que salpican la narración son abundantes. Una versión del estudio realizado
sobre la madre Catalina se presentó como ponencia en el homenaje a Francisco
Márquez Villanueva que le hizo el Colegio Complutense en la Universidad de
Harvard (Los quilates de su oriente) en el enero del 2003.
En la Colección pudo entrar
por varios conductos. Uno de ellos sería la amistad del duque de Frías con la
familia Cardona o con la de los príncipes de Salerno. En la FNC se guardan además
numerosas obras que se relacionan con el reino (virreinato) de Nápoles, habida
cuenta del nombramiento como virrey de dicho lugar del condestable Velasco.
Son también
abundantísimas las obras en italiano que tratan sobre España (fundamentalmente
relaciones geográficas sobre la Península Ibérica), así como existen también
obras literarias escritas en italiano. Por otra parte, no puede olvidarse un
posible contacto carmelita. Así, recordemos que san Juan de la Cruz tiene una aparición en la FNC al incluirse en la misma
una Historia de Medina del Campo en que se hace mención del santo y de su hermano.
Cualquiera de
esos conductos (con preferencia el primero mencionado) podría avalar la
presencia en la FNC
de este relato carmelita.
Probablemente
nació en Nápoles, aunque existen sospechas de que pudo ser en Barcelona, lo único
cierto es que fue en 1519. Hija natural de Don Ramón de Cardona, este la ocultó
en un convento de capuchinas de Nápoles, de donde salió para contraer
matrimonio.
Muy devota,
influyó en su marido, que cambió su manera de vivir, pero murió muy pronto.
Viuda, regresó al convento de las capuchinas, donde vive como seglar, pero se entregara
a la espiritualidad y la religión.
Pertenece a
ese grupo de monjas y beatas que abundó en Castilla y Extremadura en las
postrimerías del siglo XVI y comienzos del XVII. Durante numerosos años vivió
en una cueva.
De la notable
familia catalana de los Cardona, de entronque real aragonés, su padre. D. Ramón
de Cardona, fue general de las tropas españolas en Nápoles. Catalina, por rama
paterna, pertenecía a la ilustre familia de los Cardona, a la rama de los
barones de Bellpuig, cuyo primer barón fue Gondevaldo de Anglesona: La Baronía
de Bellpuig, que andando los tiempos vino a recaer en la casa de Cardona, ya
existía con anterioridad a 1139.
Hugo de
Cardona, decimotercero barón, casó con doña Elfa de Perellós, de la que tuvo
como tercer hijo a Ramón de Cardona, decimosexto barón de Bellpuig, primer duque
de Soma, que a su vez casó con doña Isabel Enríquez de Requesens, condesa de
Palamós. El hecho de ser llevada a Nápoles y no ser criada por la esposa de su
padre hace indicar que pudiese ser hija ilegítima de Ramón.
Su padre, el
«Gran Capitán» catalán, venció, al frente de la escuadra, en Mazalquivir,