La fuerza del fuego que alumbra
que ciega
mi cuerpo, mi alma, mi muerte, mi
vida,
do entra, do hiere, do toca, do
llega,
mata y no muere su llama
encendida.
Pues ¿qué haré triste, que todo
me ofende?
Lo bueno y lo malo me causan
congoja,
quemándome el fuego que mata, que
enciende,
su fuerza que fuerza, que ata,
que prende,
que prende, que suelta, que tira,
que afloja.
A dó iré triste, que alegre me
halle,
pues tantos peligros me tienen en
medio,
que llore, que ría, que grite,
que calle,
ni tengo, ni quiero, ni espero
remedio.
No quiero que quiere, ni quiero
querer,
pues tanto me quiere tan rabiosa
plaga,
ni ser yo vencido, ni quiero
vencer,
ni quiero pesar, ni quiero
placer,
ni sé que me diga, ni sé que me haga.
¿Pues, qué haré triste con tanta
fatiga?
¿A quién me mandáis que mis males
queje?
¿Y qué me mandáis que siga que
diga,
que sienta, que haga, que tome,
que deje?
Dadme remedio, que yo no lo
hallo,
para este mi mal que no es
escondido,
que muestro, que encubro, que
sufro, que callo,
por donde de vida ya soy
despedido.
(Alonso o Alfonso de Cartagena
1384–1456 “El amor”)
Novena
o eneagésima de arte mayor: Cuarteto eslabonado con un quinteto y que cumple
con las mismas variedades en rimas que la de arte menor, siendo la fórmula
ABABCDCCD la más usada por poetas como Juan de Mena, Jorge Manrique y Antonio
de Guevara.
BIOGRAFIA (fuente wikipedia)
Alfonso o
Alonso de Santa María de Cartagena, más conocido como Alfonso de Cartagena
(Burgos, 1384 - Villasandino, 1456), fue
el segundo hijo del rabino de Burgos y después famoso obispo judeoconverso de
Cartagena y de la misma ciudad Pablo de Santa María, tenido de su mujer
legítima, antes de que tomase religión. Alfonso estudió leyes en la Universidad
de Salamanca y "fue gran letrado en derecho canónico e civil", según
los Claros varones de Castilla (1486), así como un "gran filósofo
natural". Comenzó su carrera como maestresala de la Catedral de Cartagena
para, más tarde, en 1415, ser nombrado deán de Santiago y de Segovia, nuncio
apostólico, canónigo de Burgos en 1421, actuando ese año como Embajador en
Portugal para conseguir la paz entre los dos reinos.
Siendo deán de
Santiago, fue uno de los nombrados por Juan II de Castilla para ir al Concilio
de Basilea (1434) en sustitución del cardenal Alonso de Carrillo. Allí logró
con un famoso discurso, que compuso en latín y en castellano (Propositio...
super altercatione praeminentia, 1434), que los padres de aquel concilio
reconocieran el derecho preferente del rey de Castilla sobre el de Inglaterra.
Justo
entonces, a la muerte de su padre en 1435, fue su sucesor al obispo de Burgos,
por el papa Eugenio IV.
Ya en 1422
había emprendido la traducción de algunas obras de Cicerón (De officiis, De
senectute), encargadas por el secretario del rey Juan II de Trastámara
(1405-1454), Juan Alfonso de Zamora, así como el De inventione, para uso del
entonces príncipe Don Duarte de Portugal.
Las
«traslaciones en vernácula lengua», tal y como las llamó, obedecen a una
intención claramente humanística, la de aleccionar con la sabiduría de los clásicos
a cortesanos y caballeros interesados por las letras aunque no muy doctos. Por
ello, pero también por un especial interés, emprendió la traducción de los
Tractados y las Tragedias de Séneca, pues de hecho se hallaba bastante
inclinado al estoicismo que se avenía mejor con su formación moralizante y
escolasticista, que le hizo sustentar el valor de las Sagradas Escrituras sobre
las profanas, si bien no les discutió como otros su enorme valor pedagógico, en
especial de historiadores como Tucídides o poetas épicos como Homero para la
casta nobiliaria y gobernante.
En ese sentido
disputó con el humanista Leonardo Bruni de Arezzo o Aretino (1370-1444) sobre
una nueva traducción que hizo éste de la Ética de Aristóteles en defensa de la
traducción medieval de Roberto Grosseteste (1168-1253), conflicto que se
prolongó al defender Pier Cándido Decembrio (1399-1477) a Bruni, e intervenir
el cardenal Pizolpasso (1370-1443). La disputa originó no menos de seis textos
y diecinueve cartas cruzadas entre Cartagena y Decembrio. Cartagena escribió,
por ejemplo, Declinationes o declamationes super translationem Ethicorum (h.
1432).
Durante algún
tiempo vivió en Roma consagrado al estudio. En 1438 fue a Breslau para
entrevistarse con el emperador Alberto II de Habsburgo, rey de Alemania y Rex
Romanorum desde 1438, a la muerte del emperador del Sacro Romano Imperio
Segismundo, hasta la suya propia en 1439, logrando la paz entre el rey de
Polonia Vladislao III Jagellón y el emperador.
En 1441 fue
junto al obispo de Segovia y también Cardenal, Juan de Cervantes, ante el
supuesto rey de Navarra (Rey Consorte de Navarra realmente), recientemente
enviudado de la Reina Titular de Navarra Blanca I, luego Juan II de Aragón con
el fin de evitar la guerra.
Intervino
también en los conflictos de Castilla con Aragón y Granada
El humanista Enea Silvio Piccolomini, luego papa
con el nombre de Pío II, le llamó Deliciae hispanorum decus praelatorum non
minus eloquentia quam doctrina preclarus, inter omnes consilio et facundia
praestans'. De vuelta a Burgos fundó una escuela pública "de toda
doctrina" en la que estudiaron los más doctos latinistas de la España de
los Reyes Católicos, como Rodrigo Sánchez de Arévalo, Alfonso de Palencia,
Diego Rodríguez Almela y, tal vez, Fernán Díaz de Toledo.
Fue amigo del
también escritor y humanista Fernán Pérez de Guzmán, sobrino de Pero López de
Ayala y señor de Batres, quien incluyó un afectuoso esbozo biográfico suyo en
sus Generaciones y semblanzas (1450); Cartagena le dedicó su Oracional (1454),
un tratadito sobre el rezo.
Ayudó con una
fuerte suma a edificar el convento de San Pablo de Burgos, donde estaban
enterrados sus padres y muchos de sus familiares, y reedificó otras iglesias y
monasterios de su obispado, entre ellos la Catedral de Burgos, cuya
construcción permanecía paralizada desde hacía tiempo.
Compuso,
además, algunos tratados de filosofía moral y teología. A los sesenta años se
propuso ir en romería a Santiago de Compostela, lo que pudo concluir, si bien
murió una vez vuelto a su diócesis.
Obras:
Además de sus
traducciones de los doce libros de Séneca, por los que estaba particularmente
interesado, y de las ya citadas obras de Cicerón, escribió las siguientes
obras:
1) Rerum in
Hispania gestarum Chronicon de hacia 1456, es una historia de España seguidora
de Flavio Josefo, Floro y Jiménez de Rada titulada Anacephaleosis, que subraya
el goticismo castellano; se difundió también en castellano en traducción
atribuida a Pérez de Guzmán y Juan de Villafuerte, bajo el título de Genealogía
de los Reyes de España (1463).
Esta
traducción se compone de un prólogo de presentación y 94 capítulos, de los
cuales 7 contienen un compendio de los orígenes de la monarquía en España desde
Atalarico a los reyes astures y castellano-leoneses y el árbol genealógico de
la misma, mostrando su entronque con las monarquías de Navarra, Aragón y
Portugal.
2) Defensorium
fidei, también llamado Defensorium unitatis christianae (1449-50), es un
alegato en defensa de los judíos conversos;
3) la
exposición del salmo Judica me, Deus;
4) un
Oracional de Fernán Pérez (Burgos, 1487, compuesto hacia 1454),
5) un
tratadito sobre el rezo redactado hacia 1454 y dirigido a su amigo y confidente
Fernán Pérez de Guzmán en cincuenta y cinco capítulos y un ultílogo de virtudes
y de la Misa;
6) un
Doctrinal de Caballeros (Burgos, 1487), compuesto hacia 1444 y que consiste en
una adaptación de la segunda Partida de Alfonso X el Sabio en cuatro libros de
la fe, las leyes, la guerra, galardones y castigos, asonadas, desafíos y retos,
torneos, vasallos, maleficios y privilegios;
7) Memoriales
virtutum o Memorial de virtudes,
8) varias
canciones, decires y composiciones amorosas que figuran dispersas en los
cancioneros,
9) Prefación a
San Juan Crisóstomo,
10) unas
Allegationes... super conquista insularum Canariae (1437) que defienden los
derechos castellanos a las Islas.
11) una
Epistula... ad comitem de Haro (h. 1440) donde prescribe un programa de
lecturas para educar a la nobleza, entre ellas textos morales de Catón y
Contemptus mundanorum;
12) el
Duodenarium (1442), donde contesta doce preguntas de Pérez de Guzmán;
13) un
Tractatus questionis ortolanus (1443-47), a Rodrigo Sánchez de Arévalo, en que
defiende la superioridad de la vista sobre el oído;
14) una
respuesta a la Questión sobre la caballería (1444) del Marqués de Santillana
15) un
Devocional que se ha perdido etc.
Alonso
de Santamaría, también conocido como Alonso de Cartagena evolucionó de los
estudios clásicos hacia una vertiente ética y, finalmente, ascética, pero
algunos sostienen que en realidad se adaptó a cada receptor con un mensaje
adecuado.